Al día siguiente Kaska se despierta aturdido y le contamos todo lo que nos pasó.
El sacerdote Epitreus le echa la culpa a Mallery de la sequía y de alguna muerte. Al bajar hasta donde se encuentra él, vemos a su lado a un brujo que está tomando una cerveza y porta un collar cuyo medallón tiene una cabeza de oso. Se llama Luskar y está de paso por trabajo.
Aquiles abofetea a Epitreus para que se despierte, nos maldice y de repente aporrean la puerta: es el enano Saúl, un vecino del pueblo que nos pide ayuda. Lo acompañamos mientras nos cuenta cómo empezó esto: encontraron el cuerpo de una pueblerina, Glisandra, totalmente seco y esta mañana encontraron el cadáver de Bridon. No sabe cómo sucedió esto y busca explicaciones. Mientras nos acercamos al lugar de los hechos, se ve un bulto en medio del camino que resulta ser el cadáver de Bridon. Torbran se percata de un dibujo que hay en la casa de al lado que tiene forma de mujer con los cabellos al vuelo. Luskar piensa que se parece a una especie de aparición.
El cuerpo de Bridon se deshace en cuanto lo tocas. Athil y yo advertimos que se trata de algún hechizo o maldición y que su rastro lleva hasta el centro del pueblo.
Nos dividimos en dos grupos: Atril, Torbran y Luskar se dirigen al centro mientras el resto vamos a la casa. Esta casa tiene la puerta entreabierta así que pasamos. Tiene un par de habitaciones y una salida, todo está desordenado y sucio. Encima de la mesa hay mucho papeles con dibujos del espectro con más detalles que el que está pintado en la pared exterior de la casa.
En los papeles dibujados se ve el contorno que parece una casa, una estatua y un pozo, pero todo muy tosco. Se los llevamos a Saúl que no le da ninguna importancia.
Atril, Torbran y Luskar llegan al centro donde la gente se siente avergonzada por su comportamiento del día anterior. Al fondo hay una especie de estatua ecuestre en bastante mal estado y, justo al lado de la estatua, un pozo. Atril nota que hay rastro de magia dentro del pozo que tiene, al parecer, bastante agua.
Llegamos todos al centro y, en cuanto lo vemos, Kaska compara los dibujos con el panorama para comunicarnos que es el lugar exacto. Utilizamos un cubo para ver la profundidad del pozo y sacar algo de agua. Se perciben trazas de magia pero está totalmente limpia.
Todos menos Luskar y Torbran vamos a la taberna. Athil y yo subimos a la habitación de Mallery para hacerle varias preguntas con respecto al pozo. Nos dice que la Riente se ríe mucho (de ahí su nombre), que vive en el pozo y que hace dos noches se enfadó con ella porque rechazó un beso suyo, así que le quiso hacer un regalo: le encargó a Glisandra una capa para ese ser.
Bajamos a contárselo al resto, después de hacerlo, Athil y yo vamos a la casa de Glisandra. Encontramos la capa ya terminada así que la cogemos para enseñársela a Mallery, la cual nos dice que prefiere no dársela ella misma y nos pide que se la entreguemos nosotros de su parte.
Nos disponemos a volver al centro del pueblo. Aquiles carga con Epitreus hasta el pozo, lo coloca a un lado con la capa encima y un cascabel. Esperamos cerca a que salga la aparición.
Van pasando las horas y, de repente, escuchamos risas en nuestras cabezas. Yo intento comunicarme con ella telepáticamente pero solo me responde con más risas, como si estuviese jugando, ganando tiempo.
Tiene mucho poder y las risas dan paso a un chillido que nos deja aturdidos. En ese momento se pasa Saúl a recoger agua y nos mira extrañado a nuestros lívidos rostros. Al recomponernos un poco, cogemos la capa y nos dirigimos a la taberna otra vez para ver si Mallery tiene algo que ver. Nos es totalmente sincera, no sabe nada.
Samira nos llama porque ha aparecido otro cadáver. Esta vez ha sido Saúl, el último que cogió agua del pozo. Los restos de magia en el cuerpo nos llevan al agua que recogió, así que vamos otra vez al pozo pero ahora para acceder a su interior. Primero se lanza el brujo, que descubre un manantial subterráneo. Torbran se queda arriba puesto que lleva una armadura muy pesada.
Avanzamos hasta llegar a una sala con un cáliz, descubro que en él hay un hechizo de teletransporte que utilizo y aparezco al principio del pozo, así que lo uso otra vez para volver al cáliz. Aquiles tira una puerta de piedra dejando a la vista un sarcófago, nos acercamos y sale de él una aparición chillando.
Comenzamos a luchar contra la aparición hasta que Luskar se da cuenta de que para romper la maldición hay que quemar los restos del sarcófago. Acabamos con ellos quemándolos y Athil lee una inscripción que divisó debajo del sarcófago: “Aquí yace la dama Shiana”.