Torbran ataca al primer bandido y viceversa, se esquivan mutuamente. Yo lanzo fuego al resto.
El sacerdote intenta huir después de sacudirse un poco las llamas pero Aquiles le lanza una flecha a la rodilla lo que le provoca un desgarro total de su pierna y se va desangrando hasta quedar inconsciente. Aquiles le hace un torniquete para poder llevárnoslo después.
Athil pasa por detrás para intentar soltar a los prisioneros. Torbran le lanza un gran ataque al primer bandido que lo deja enajenado y éste se lo devuelve con un cabezazo. Remato al que queda vivo y Athil libera a los prisioneros intentando tranquilizar a la chica puesto que el que se parece a Adam está en shock. Aquiles atraviesa el ojo del primer bandido desde atrás sorprendiendo a Torbran.
Saqueamos los cuerpos: entre ellos hay 36 coronas, un vial vacío, una punta de flecha y una flauta.
Voy hacia el anciano porque no reacciona, hablo con él y decidimos sacar el cuerpo calcinado de al lado para poder enterrar a su ser querido.
Vamos todos a la posada. Samira nos invita a cenar. El sacerdote sigue inconsciente y Torbran sube a la chica a una habitación cuando, al darse la vuelta, lo coge por el brazo mientras, delirando, dice: “la Riente, la Riente nos matará a todos…”